lunes, 3 de marzo de 2025

Los géneros literarios: La novela: características. (La metamorfosis-Franz Kafka)



La novela es un género literario, subgénero de la narrativa, junto al cuento y la crónica. Consiste en una narración usualmente extensa, de carácter más o menos ficcional, que se cuenta usualmente por capítulos o segmentos, en los que interviene siempre la voz de un narrador.

Las novelas suelen tener una trama compleja y abundante, en la que existen digresiones, derivas o vericuetos, y en la que suelen haber varios personajes e incluso diversos puntos de vista desde los cuales se cuenta la historia. Incluso es usual encontrar en una novela relatos secundarios, subtramas, fragmentos de otros textos de otra naturaleza.

No existen exactitudes respecto a qué cosa puede o no ser una novela, especialmente en la novela contemporánea, que suele consistir en relatos discontinuos, fragmentarios, tangenciales, absurdos, etc. Incluso algunas pueden hacerse pasar por cartas, documentos u otro formato. Siempre tienen en común que su extensión es mayor que la de los cuentos.


Origen de la novela

La novela tiene el antecedente directo del género de la epopeya.

Ese género se inició en la Antigüedad, y usualmente se narra las aventuras de los héroes clásicos, como ocurre en la Odisea de Homero.

Luego se cultivó durante el medioevo europeo con un sentido más o menos similar.

En este caso se contaban las aventuras ficticias de los caballeros andantes, muy usuales en un continente dividido en pequeños reinos enemistados.

Sin embargo, se considera que una de las primeras novelas en sentido moderno fue Don Quijote de la Mancha, del español Miguel de Cervantes, en 1605. Se considera la primera novela porque estaba escrita en prosa y por su variedad de personajes e historias, enmarcadas en una trama principal más vasta, que le daba unidad.

Sin embargo, las novelas en un sentido más amplio existían desde el Renacimiento. Incluso se las puede rastrear hasta el siglo XI en Japón.


La novela es un género diverso, múltiple en formas cuyo contenido suele clasificarse en:

  • Novelas de aventuras. Cuentan de inicio a fin un viaje, un recorrido vital o un episodio emocionante de la vida de un personaje, que al volver a casa ya no es el mismo del inicio.
  • Novelas de ciencia ficción. En ellas se explora el impacto posible de la ciencia y la tecnología en la vida de los seres humanos, generalmente en futuros imaginarios.
  • Novelas policiales. Relatos que involucran el esclarecimiento de un crimen, por lo que sus protagonistas tienden a ser policías, detectives o periodistas. Poseen un subgénero conocido como policial negro, en el que los protagonistas ya no se mantienen en la legalidad durante el relato, sino que forman parte de un mundo más sórdido en el que es difícil separar criminales y policías.
  • Novelas románticas. Historias centradas en las aventuras o desventuras amorosas, pasionales o eróticas de los personajes.
  • Novelas de caballería. Sus relatos se centran en la vida de un caballero andante medieval y detallan sus aventuras contra criaturas monstruosas o ejércitos enemigos.
  • Novelas de terror. Contienen anécdotas aterradoras, siniestras o misteriosas, en las que intervienen monstruos y entidades sobrenaturales, causando miedo en el lector.
  • Novelas fantásticas. Presentan un mundo posible, construido por completo desde la imaginación del autor, con sus reglas particulares, criaturas e historia propias, distintas del mundo real.
  • Novelas realistas. Plantean relatos ambientados en la realidad cercana al autor, sin atributos mágicos ni sobrenaturales, y que la reproducen con bastante exactitud.
  • Novelas psicológicas. Se adentran en la mente de sus personajes: reflexiones, sentimientos y mundo interior, y desde allí narran los eventos ocurridos.
  • Novelas filosóficas. En ellas abundan las reflexiones de tipo existencial o trascendental, contadas junto a un relato que las propicia o las enmarca.
  • Novelas epistolares. Cuentan sus historias a partir de la reproducción de cartas ficcionales o imaginarias, o bien de entradas de diario, correos electrónicos y otras formas de correspondencia entre los personajes.


Estructura de la novela

Es usual que el cuerpo de una novela esté dividido en entradas denominadas capítulos. Además puede existir otro tipo de división, llamada partes, que agrupa varios capítulos. En ambos casos, son formas de segmentar el relato de manera ordenada. Suelen estar enumeradas e incluso tituladas.

Sin embargo, una novela puede tener muchas y muy diversas estructuras narrativas, ya que es el reino de la libertad narrativa. Por ejemplo, es posible que no cuente con divisiones, o también contarse en miles de entradas diminutas.



Elementos que componen la novela

Normalmente, una novela posee los siguientes elementos narrativos:

  • Personajes. A quienes ocurren las acciones y cuyas vidas (o momentos de ellas) se cuentan en la novela. Pueden o no ser también los narradores de la misma.
  • Narrador. Uno o varios narradores pueden aparecer en una novela. Son los encargados de contar la historia, ya sea que fueron testigos de ella, sus protagonistas o voces no involucradas con los hechos.
  • Diálogos. Son las trascripciones de lo que los personajes dicen, sin que el narrador intervenga para contarlas.


Extensión de la novela

Se da por sentado que la extensión tendría que ser mayor que la de un cuento. Pero a ciencia cierta no existe un criterio único respecto a cuántas páginas debe tener.

Hasta hace algunos años se empleaba el término “nouvelle” para referirse a las novelas cortas, de menos de 100 páginas, que sin embargo seguían presentando el universo lento, cerrado y abundante en detalles que caracteriza a este género. Así que, en principio, una novela es tan extensa como necesite serlo.

Fuente: https://humanidades.com/novela/#ixzz7uU7Cp7aO


Características de la novela

1. Crea su propio mundo narrativo: la realidad de las novelas es imaginada, aunque es creíble porque aparenta una existencia real.

2. Toda novela es ficción: el novelista crea historias basándose en su inventiva, en la pura fantasía. Y lo hace transformando la realidad de manera individual, social y/o cultural.

3. Se opone a la historia: los sucesos narrados en la novela no son reales, no han sido comprobados. No son hechos históricos.

4. Tiene una fuerte carga connotativa: las connotaciones, los detalles, tienen mucha importancia en el género novelesco. Las palabras tienen tanto significado en sí mismas como en relación a la interpretación que los lectores puedan hacer de ellas.

5. Describe varias historias simultáneas: la novela construye mundos en el que las cosas no suceden de forma aislada, sino que hay historias que transcurren de forma paralela y/o se interrelacionan.

6. Tiene múltiples personajes: a diferencia del cuento, la novela puede manejar varios personajes protagonistas y antagonistas.

7. Los personajes se describen física y psicológicamente: normalmente, el autor desgrana con detalle las características de sus personajes para resaltar sus ideas y dar mayor credibilidad a la historia que cuenta.

8. Combina descripción y diálogo: la narración de los acontecimientos comparte relevancia con los diálogos que entablan los personajes.

https://www.saberia.com/cuales-son-las-caracteristicas-de-la-novela/


📖 Lea detenidamente el fragmento...

La metamorfosis

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.

«¿Qué me ha ocurrido?», pensó.

No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas. Por encima de la mesa, sobre la que se encontraba extendido un muestrario de paños desempaquetados -Samsa era viajante de comercio-, estaba colgado aquel cuadro que hacía poco había recortado de una revista y había colocado en un bonito marco dorado. Representaba a una dama ataviada con un sombrero y una boa de piel, que estaba allí, sentada muy erguida y levantaba hacia el observador un pesado manguito de piel, en el cual había desaparecido su antebrazo.

La mirada de Gregorio se dirigió después hacia la ventana, y el tiempo lluvioso -se oían caer gotas de lluvia sobre la chapa del alféizar de la ventana- lo ponía muy melancólico.

«¿Qué pasaría -pensó- si durmiese un poco más y olvidase todas las chifladuras?»

Pero esto era algo absolutamente imposible, porque estaba acostumbrado a dormir del lado derecho, pero en su estado actual no podía ponerse de ese lado. Aunque se lanzase con mucha fuerza hacia el lado derecho, una y otra vez se volvía a balancear sobre la espalda. Lo intentó cien veces, cerraba los ojos para no tener que ver las patas que pataleaban, y sólo cejaba en su empeño cuando comenzaba a notar en el costado un dolor leve y sordo que antes nunca había sentido.

«¡Dios mío! -pensó-. ¡Qué profesión tan dura he elegido! Un día sí y otro también de viaje. Los esfuerzos profesionales son mucho mayores que en el mismo almacén de la ciudad, y además se me ha endosado este ajetreo de viajar, el estar al tanto de los empalmes de tren, la comida mala y a deshora, una relación humana constantemente cambiante, nunca duradera, que jamás llega a ser cordial. ¡Que se vaya todo al diablo!»

Sintió sobre el vientre un leve picor, con la espalda se deslizó lentamente más cerca de la cabecera de la cama para poder levantar mejor la cabeza; se encontró con que la parte que le picaba estaba totalmente cubierta por unos pequeños puntos blancos, que no sabía a qué se debían, y quiso palpar esa parte con una pata, pero inmediatamente la retiró, porque el roce le producía escalofríos.

Se deslizó de nuevo a su posición inicial.

«Esto de levantarse pronto -pensó- hace a uno desvariar. El hombre tiene que dormir. Otros viajantes viven como pachás. Si yo, por ejemplo, a lo largo de la mañana vuelvo a la pensión para pasar a limpio los pedidos que he conseguido, estos señores todavía están sentados tomando el desayuno. Eso podría intentar yo con mi jefe, pero en ese momento iría a parar a la calle. Quién sabe, por lo demás, si no sería lo mejor para mí. Si no tuviera que dominarme por mis padres, ya me habría despedido hace tiempo, me habría presentado ante el jefe y le habría dicho mi opinión con toda mi alma. ¡Se habría caído de la mesa! Sí que es una extraña costumbre la de sentarse sobre la mesa y, desde esa altura, hablar hacia abajo con el empleado que, además, por culpa de la sordera del jefe, tiene que acercarse mucho. Bueno, la esperanza todavía no está perdida del todo; si alguna vez tengo el dinero suficiente para pagar las deudas que mis padres tienen con él -puedo tardar todavía entre cinco y seis años- lo hago con toda seguridad. Entonces habrá llegado el gran momento; ahora, por lo pronto, tengo que levantarme porque el tren sale a las cinco», y miró hacia el despertador que hacía tic tac sobre el armario.

Franz Kafka


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Vocabulario desconocido

 

Personajes

 

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Argumento de la novela

¿Qué relación encuentras entre los hechos del fragmento leído y nuestra realidad social y humana?

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